Crónica y días en el World Chocolate Masters

Sé que será una publicación distinta a lo habitual, sin recetas, sin productos y elaboraciones, pero hay ocasiones en las que es necesario hacer esto y todo aquel que conoce mi trabajo sabe que está cargado de mi forma de ver las cosas, de lo sensitivo, lo tentador y lo afectivo, de contar historias a través de sabores .

Tal día como hoy pero de hace una semana, estábamos en plena participación del World Chocolate Masters. Llegábamos a Vic después de algo más tres meses de preparación, dónde en ocasiones ocurrieron situación surrealistas, otras cómicas, de aprendizaje, de desánimo, de ganas de querer hacerlo, de contar en esos dos días nuestro concepto, nuestros algo más de tres meses. Descubrí  que pese a estar solo en los entrenamientos, nunca lo estuve realmente. Siempre había un mensaje de ánimo, la visita en la parte de arriba del obrador de tu madre, de tu padre, de tus hermanos. De mi otra familia, Raúl, Carmen, María, Baluso. Las oportunas llamadas de de Carlos Durán, de Esteban Capdevilla, de todos los amigos y compañeros de la selección española de cocina y del mundo de la gastronomía. El grupo de whatsapp con José Montejano, Pepe, y José Manuel, comentando los avances o lo que no estaba bien. Las conversaciones con con Tonino, Berna y Fer sacándome de quicio. Con los ánimos de todos mis amigos, de Daniela, Lola y Mar. Con la atenta mirada y la eterna compañía de Nelo desde ese cuadro mágico. Noches largas, la mayoría hasta las 5 de la mañana, pasando y repasando cada paso. Intentado preparar y ejecutar de la mejor manera que nos era posible, sabiéndonos capaces de que podíamos hacer y conseguir lo que buscábamos.

Llevábamos un trabajo digno, interesante, con todas las opciones de ganar. Un trabajo gustativamente capaz de enamorar, estéticamente atractivo y conceptualmente sensitivo. Durante las últimas semanas de entrenamiento, todo estaba medido, salía como queríamos, cada cosa en su lugar, entrenado en el paladar cuando debía, apareciendo gustativamente en su momento. Todo estaba en orden. La pieza artística cobraba vida y nos llenaba de ilusión. Ni un fallo, listos para decir, esta vez sí!!!!

Sabíamos que estábamos en los ojos de muchos, en las quinielas de casi todos…pero sobre todo, estaba en mi ojos y en verme capaz, esta vez sí, de conseguirlo. Nunca he sido de poner excusas cuando las cosas no han ido bien, de echar la culpa a nada ni nadie, siempre me ha gustado asumir, y esta vez, un martes como hoy pero de la semana pasada, en una de las pruebas cometí un error, aquello que estaba tan controlado, debido a una sería de circunstancias relacionadas con mi salud, pero sobre todo debido a una mala decisión y un error por mi parte, salió mal. No estaba como en los entrenamientos, ni se parecía. Presentamos el pastel tarde al jurado, mal acabado y con la mínima similitud a lo que estaba preparado. A partir de ahí un cumulo de despropósitos se sucedieron, lo arrastre todo lo que quedaba de competición. Entré en la parte trasera de la zona del concurso, y ahora sí, solo, descargué todo lo que durante 6 horas había estado guardando, la llantera de mi vida. Sabía que había fallado a muchos, pero sobre todo a mí. Todavía quedaba una prueba, la pieza artística, pero era consciente de que estaba todo más que difícil.

El día siguiente, día de la pieza, no quedaba otra que hacer un trabajo perfecto, no sé si lo conseguí, pero sí pase 3 horas de seria diversión, estaba trabajando con chocolate y eso no me lo quitaba nadie. Tres horas en la que disfrute como enano, pensando y repasando a toda aquellas personas que de una forma u otra han sido parte de todo y con la foto de dos de las persona más importantes de mi vida debajo de la pieza artística de chocolate.  Pese a saberme fuera de toda opción de ganar ( después me enteré que pese a los errores y debido al buen trabajo en el resto de elaboraciones tuve opciones hasta el final) estaba orgulloso de haber finalizado mi trabajo de la manera que lo hice, de ver y escuchar comentarios de jueces, público y amigos.

Analizando todo, piensas en qué hubiese ocurrido si hubiese estado en plena condición física, si no hubiese cometido ese error, pero las cosas ocurren, el primer paso para ir más allá  es asimilar e interpretar lo que ocurre para progresar. Pasamos unos días extraordinarios, junto a muchos amigos, junto a una organización perfecta, junto a mis compañeros, amigos y esos días rivales. Y por su puesto seguimos acumulando días para escribir en nuestro bitácora del chocolate junto a esas dos personas que buena culpa tienen de todo lo bueno que ocurre, Paula y Nelo, vosotros lo empezasteis y con vosotros seguirá, porque sí, esto sigue…Gracias a todos!!!

Os dejaré algunas imágenes de la pieza artística y el chocolate to go.